Desde el inicio de la ola de calor, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) ha contabilizado 537 muertes atribuibles a temperatura. Los estudios del proyecto Multi-Country Multi-City (MCC) Collaborative Research Networken los que participa el investigador Aurelio Tobías desde IDAEA, han cuantificado el impacto de las olas de calor e indican que el riesgo de fallecimiento en España aumenta un 20% en días con ola de calor. El futuro todavía parece peor ya que la mortalidad en días de ola de calor podría llegar a aumentar un 292%, aunque ese aumento se vería reducido sustancialmente en lugares donde se han establecido estrategias de adaptación y mitigación que limitan las emisiones de gases de efecto invernadero.

“España es uno de los países que se verá más afectado por el cambio climático a corto plazo, y ya sabemos que una de cada tres muertes por calor es atribuible al cambio climático. Por lo que prevemos que la proporción de muertes relacionadas con el calor continúe creciendo si no hacemos algo para parar el cambio climático o no nos adaptamos”, declara el investigador Aurelio Tobías.

 

La ola de calor no es sólo un golpe de calor

Aunque desde la ola de calor del verano de 2003 el Ministerio de Sanidad puso en marcha el Plan Nacional de Olas de Calor y los medios de comunicación continuamente informan sobre el impacto de las altas temperaturas en la salud humana, todavía hay parte de la población que sigue subestimado los efectos del calor. Muchas personas siguen asociando una ola de calor sólo al golpe de calor, cuando además de producir un aumento considerable del riesgo de mortalidad también aumenta los ingresos hospitalarios y produce otros efectos nocivos para la salud. A pesar de que las personas mayores son el grupo más vulnerable a los efectos del calor, éstos también pueden darse en otros grupos de población.

 

 

Aire acondicionado de alto consumo energético

El aire acondicionado, una de las principales herramientas para aclimatarse al calor, no soluciona el problema. Además de que aumenta la temperatura exterior a corto y largo plazo, contribuyendo al calentamiento global, el precio de la electricidad se ha disparado en el último año y si sigue subiendo, especialmente días de ola de calor, por lo que la cantidad de población vulnerable a las olas de calor va a aumentar considerablemente entre los que tienen menor renta.

Hay que rediseñar las ciudades de forma eficiente para que retengan menos calor y sean más frescas, con más árboles, más zonas verdes, más puntos de agua, edificios bien aislados y duraderos, suelos que no se calientan.

“Cada vez es mas urgente que España tenga como objetivo prioritario desarrrollar una estrategia de adaptación al cambio climático”, concluye Tobías.

 

Estudios del IDAEA sobre mortalidad y olas de calor:

Desde el inicio de la ola de calor, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) ha contabilizado 537 muertes atribuibles a temperatura. Los estudios del proyecto Multi-Country Multi-City (MCC) Collaborative Research Networken los que participa el investigador Aurelio Tobías desde IDAEA, han cuantificado el impacto de las olas de calor e indican que el riesgo de fallecimiento en España aumenta un 20% en días con ola de calor. El futuro todavía parece peor ya que la mortalidad en días de ola de calor podría llegar a aumentar un 292%, aunque ese aumento se vería reducido sustancialmente en lugares donde se han establecido estrategias de adaptación y mitigación que limitan las emisiones de gases de efecto invernadero.

“España es uno de los países que se verá más afectado por el cambio climático a corto plazo, y ya sabemos que una de cada tres muertes por calor es atribuible al cambio climático. Por lo que prevemos que la proporción de muertes relacionadas con el calor continúe creciendo si no hacemos algo para parar el cambio climático o no nos adaptamos”, declara el investigador Aurelio Tobías.

 

La ola de calor no es sólo un golpe de calor

Aunque desde la ola de calor del verano de 2003 el Ministerio de Sanidad puso en marcha el Plan Nacional de Olas de Calor y los medios de comunicación continuamente informan sobre el impacto de las altas temperaturas en la salud humana, todavía hay parte de la población que sigue subestimado los efectos del calor. Muchas personas siguen asociando una ola de calor sólo al golpe de calor, cuando además de producir un aumento considerable del riesgo de mortalidad también aumenta los ingresos hospitalarios y produce otros efectos nocivos para la salud. A pesar de que las personas mayores son el grupo más vulnerable a los efectos del calor, éstos también pueden darse en otros grupos de población.

 

 

Aire acondicionado de alto consumo energético

El aire acondicionado, una de las principales herramientas para aclimatarse al calor, no soluciona el problema. Además de que aumenta la temperatura exterior a corto y largo plazo, contribuyendo al calentamiento global, el precio de la electricidad se ha disparado en el último año y si sigue subiendo, especialmente días de ola de calor, por lo que la cantidad de población vulnerable a las olas de calor va a aumentar considerablemente entre los que tienen menor renta.

Hay que rediseñar las ciudades de forma eficiente para que retengan menos calor y sean más frescas, con más árboles, más zonas verdes, más puntos de agua, edificios bien aislados y duraderos, suelos que no se calientan.

“Cada vez es mas urgente que España tenga como objetivo prioritario desarrrollar una estrategia de adaptación al cambio climático”, concluye Tobías.

 

Estudios del IDAEA sobre mortalidad y olas de calor: